El hombre recorría la marginalidad
con saco al hombro y arapos al viento
con el rumbo fijo de las luces
y el futuro incierto de las sombras y el frío
la sonajera estridente
de su intes(des)tino
lo hacía recorrer paso lento
los barrios de caridad burguesa.
Cartones y arapos acuestas
emprendía carrera contra el crepúsculo
para llegar a la meta solidaria
a entablar amistad con guarenes y perros en tiña.
Vida huraña de suciedad aparente
locura embellecedora
la risa irónica del asceta burlón
que ríe del avaro eterno.
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